viernes, 6 de mayo de 2016

       Mi pasión por el yoga viene de largo. Pero nunca pensé en que madurara tanto, ni yo con ella.

Apareció como una herramienta, un apoyo, un recordatorio, un estudio, una curiosidad. Me formé desesperada de mi ignorancia para vivir en salud y felicidad plenas. Buscándome a mi misma. Circunstancias ajenas a mi conciencia me colocaron en mis primeras clases, mirando desde el lugar del que enseña. Me sorprendía que la gente me prestara tanta atención, nunca había estado en ese lugar.

      Pasados tantos años, me sorprendo con algunas maravillas.
Nunca soñé con llegar tan lejos, ni a un lugar tan inspirador y enriquecedor.
Y cuando lo empecé a soñar ¡tardó tan poco en ocurrir!

Tantas bendiciones han ido cayendo sobre mi en los últimos años que busco las causas que provocaron este efecto. Desde luego, puedo reconocer que según me he ido haciendo y sintiendo mejor persona (no sólo fuera, sino también dentro), han empezado a encadenarse con más cercanía y frecuencia los eventos milagrosos.

       El primero de mis sueños fue venirme a vivir a Ibiza. Lo compartimos en nuestra pequeña familia y cogió mucha fuerza. Ahora hace casi cuatro años que aterrizamos aquí con nuestra princesa. Eramos tres inocentes enamorados. Ahora ya somos cuatro. Me gusta pensar que el príncipe es made in Ibiza. Nos hace más autóctonos. Ya vamos sintiendo las raíces.

      Tanto yo como mi enseñanza nos hemos orientado a un mundo de magia. La experiencia me ha ido dando muchas herramientas. Un estudio honesto, moderado y tranquilo ha ido calmando mi ansia de aprender (eterna e inacabable). Y mucha investigación en mi propia persona me ha permitido ver las sombras y las luces de esta vida humana.

He de decir que, aunque formalmente enseño yoga, me siento maestra del arte de la presencia y la belleza. En los niveles en los que he alcanzado maestría es en los que comparto mi conocimiento. Gracias a lo que aún no he alcanzado está claro para mi que no estoy por encima ni debajo de nadie, pero que a muchos he podido y puedo inspirar y ayudar. Y en ese sentido reconozco mi misión, mi pasión y mi labor en este mundo.
Cuanto más éxito experimento más humilde me siento. Consciente de la grandeza de la presencia divina en mi vida ¡no he podido crear todo esto yo sola! 


La más reciente de mis alegrías ha sido mi incorporación al equipo de Soulshine Retreats. Una empresa que no tiene nada del modelo de empresa que yo he conocido. Un contexto de amantes y apasionados del yoga y las artes terapéuticas holísticas. Con un marketing honesto y una realdiad que responde a lo que ofrecen.
Durante todo el verano en Ibiza este equipo ofrece retiros de Yoga & Wellness cada semana, de Mayo a Octubre.
En el programa incluyen dos clases de yoga al día. La clase de la mañana es de dos horas,  y tiene lugar en una plataforma de madera en el bosque de una villa de lujo de una belleza verdadera. De esta clase me ocuparé yo durante 10 de sus retiros esta temporada.

Me agrada esta rentrée en el trabajo en grupo. Mi actividad fundamental de la última época de enseñanza ha sido en sesiones privadas y en el programa de yoga coaching online, reduciéndose mi contexto grupal a los talleres que doy en Ibiza y Madrid. Así que volver con esta intesidad a dar clases grupales me apasiona e inspira. Le da mucho sentido a todo. Equilibra mis retos y me saca de la zona de cónfort de nuevo.

En este contexto deseo que compartir mi experiencia sirva de espejo para quien me lea. Que yo estoy hecha de carne y hueso, y aún así he ido superando algunas limitaciones de la materia para elevarme a un espacio de sincera conexión con las fuerzas invisibles que mueven nuestro universo.
Que, áun así, a diario, friego platos y cambio pañales. Y creo que gracias a eso sigo sana y mundana.

En este precioso equilibrio se mueve esta preciosa y delicada vida, tan curiosa e incierta.

Me complace tener este espacio en el que puedo compartir con vosotros mis sentimientos.
Gracias por estar ahí ¡formando parte del mundo invisible!