miércoles, 22 de mayo de 2013

En honor a Madonna



      No tengo información completa y no es mi territorio hacer juicios de valor. Así que hablaré de aspectos inspiradores de la vida, hoy y el resto de los días.

Navegando entre vídeos de yoga encontré un  documental  que se había grabado en la gira que hizo Madonna  en 2011. Nada que ver,  pensó mi menté básica. Pero el hábito de investigar me llevó a ponerlo. Además de entretenido y curioso encontré algo que me impactó y es semilla hoy de este post.

      Decía Madonna: “Tener un buen matrimonio no es fácil. Pero las cosas fáciles no me gustan, no te hacen crecer.” 

Aunque ella hablaba de las dificultades de mantener una relación de pareja en buen estado de salud en realidad esto es aplicable a muchas cosas. Puesto que en la vida casi todo son matrimonios: cosas que se unen y se comprometen. Relaciones, propósitos, profesiones…

No pienso ni quiero hacer pensar que la vida debe ser dura. Siento y experimento que la vida vivida de manera sencilla, amable y cariñosa es muy estable en sus frutos de abundancia y alegría. Sin embargo, confirmo que este sendero requiere un nivel de atención alto y eso lo hace a veces difícil. Y creo que a esto se refiere Madonna. 

     Vivimos impulsados por hábitos e inercias. Reconozco en mi y en otros la tendencia a evadirse ante los problemas, conflictos, desacuerdos, disgustos. Decía una amiga mía que aprender a permanecer en el conflicto en vez de huir era el secreto de la educación. Y todos no estamos auto-educando permanentemente.

Este impulso de evasión encuentra sus herramientas en cualquier acto compulsivo (alimentos, drogas, estímulos visuales, corporales  y auditivos….). También en la toma de decisiones vitales, como elegir una profesión en base a su estadística de demanda o ingresos, en vez de elegir lo que amamos, a pesar de todo y de todos los posibles obstáculos.

Otra gran dificultad es que vivimos en un mundo de ritmos rápidos que frecuentemente  eclipsan y sepultan los ritmos naturales del cuerpo, la mente, la materia. Abundantes las opciones para evadirse: televisión, consumo, internet, teléfono…. Ninguna de estas herramientas es inútil en el camino. Algunas incluso lo pueden acelerar. Sin embargo la mayoría de ellas tienen una presencia excesiva, y queda poquito tiempo para el silencio, la contemplación, la inactividad ¡incluso criticados a veces como pecados o fracasos! ¿Pues no son visibles sus frutos? En realidad son muy palpables ¡todo el mundo percibe la alegría que emanan las personas que está en paz!

Y esa paz, a menudo, surge de superar las dificultades sin evadirse, de frente, con tiempo, aceptación y el corazón abierto y atento. El resultado, no siempre fácil de obtener, es un buen matrimonio. Con uno mismo, con el mundo,  con las nubes y el sol… ¡y eso sí que hace fácil la vida!

      Para consciencia y presencia la propuesta del yoga es accesible y sencilla y, para mi, completa: desarrolla hábitos que te purifiquen y ganarás libertad. Y en libertad hay, siempre, más amor y felicidad.

      ¿Qué asanas se pueden hacer para esto? Cualquiera de ellas con la respiración amplia a la zona alta de las costillas (para la expansión y la visión amable) y con firmeza en el suelo pélvico y la zona baja del abdomen (para la disciplina, la contención y la tierra interior). Además, silencio. Y cuando no haya silencio, mucha risa ligera y despreocupada.

¡Y bailar! (Con o sin Madonna)