lunes, 18 de enero de 2016

Entrando en el estado de yoga: para quedarnos

      Si has practicado yoga alguna vez, probablemente has experimentado ese espacio sin espacio y ese tiempo sin tiempo que surgen después de la práctica. Tal vez hayas sentido que no sabías dónde estabas después de la relajación...

Eso es bueno, significa que has dejado de vivir condicionado por tu historia y memoria, y has salido hacia el espacio vacío de infinitas posibilidades... Eso se llama el campo cuántico. Me encanta la idea de que podemos vivir en lo visible, o en lo invisible. Vivir en lo invisible significa que nuestra mente es capaz de concebir lo que no ha visto, no conoce e incluso nadie le ha contado.

De esto que os hablo no sólo hablan los neurocientíficos contemporáneos. Los yogis, sabios y observadores, decidieron mirar hacia dentro a través de la meditación, precisamente para aislarse de lo que se ve, de los sentidos, y profundizar en lo invisible; nuestra conciencia.


      Yo te quiero invitar a reconocer la magia que hay detrás de cada práctica de yoga. Así, cada vez que acabes una sesión, una clase, una meditación, puedas preguntar: ¿quién quiero ser ahora? ¿qué he aprendido que pueda transformarme y transformar mi mundo?

Sólo el silencio responde a estas preguntas. Si eres capaz de escucharlo después de hacerlas es porque estás en la zona de lo desconocido... ¡bravo!

En estos tiempos en los que vivir en incertidumbre produce tanta inseguridad es buena idea salir de la caja, como dicen los angloparlantes, y que la incertidumbre sea nuestra fuente de inspiración y coraje.

¿Acaso no estresa más pensar que cada día va a ser igual al anterior? ¿No da más gustito pensar que mañana no sé qué me deparará el día? ¿Y experimentar gozosa curiosidad cada mañana?

Bueno, esto son sólo ideas... Me gusta rumiarlas confiando en que todas mis células se vayan mentalizando de mis aspiraciones, nobles y permanentes...




* Para el coraje te recomiendo que pruebes la última clase que he publicado en Youtube, al ritmo de tus posibilidades y de las mías... En el campo cuántico pero ¡sin hacernos daño!