domingo, 21 de febrero de 2016

Lo que más me gusta de ti

      Soy consciente de que cada día es una aventura, eso me gusta.
Y en ese estado aventurero recibo las revelaciones, curiosidades e informaciones que se me aparecen en el camino.

Muchas ideas vienen de las personas que me rodean. Y las máximas ternuras las experimento escuchando las profundas e inocentes verdades con las que Uma formula la realidad, y Siam balbucea en la atmósfera.


Uma aún no tiene 6 años, pero le queda poco. Y Siam se acerca rápidamente al año y medio.
Entro en estado de yoga cuando les veo mirarse y reirse juntos, aderezando su relación de la diversidad fisiológica que ofrece escupirse, chuparse, tocarse, abrazarse, besarse y tirarse cosas el uno al otro.

      Siempre intenté transmitirle a Uma que la compasión nos salvaría el sistema nervioso cada vez que el bebé nos hiciera alguna travesura o jugada dolorosa (golpes, cabezazos, mordiscos, ...), y lo ha ido integrando con bastante buena letra. Ahora la vida se equilibra entre esos golpes, las risas, las palabras incipientes, la educación en equipo,...

Quizás, en definitiva,  lo que quiero transmitirle a Uma es que las relaciones tienen muchas posibilidades de triunfar cuando existe un factor clave: la aceptación.

     La aceptación es la ausencia de juicio. No es la ausencia de sentimientos, pero sí la ausencia de juicios. Precisa de un estado ecuánime que reciba el sentimiento y la emoción que surgen de manera natural en cada situación que nos afecta. También necesita de un silencio y una respiración que sostengan esa ecuanimidad reduciendo la reactividad y la inercia. Esto nos da tiempo extra para elegir nuestra respuesta. Y, por último quizás, de un amor que empape la comunicación con el otro para expresarle lo importante que es, cuánto le respetamos y cuánto nos respetamos a nosotros mismos marcando nuestras fronteras.

Y es que cuando aceptas a quien está a tu lado queda una montaña de energía libre y disponible para hazañas más honorables que la crítica. 

      Aceptar es también respetar las manías y pequeños vicios de los demás ¡aunque esto no es fácil! Es ver la esencia en las formas a veces turbias que envuelven a la personalidad en algunos momentos. Ver la esencia; saber que lo más bonito de nosotros somos nosotros mismos.... Y lo más bonito de los demás, son ellos mismos.

Bueno, yo no sabía cómo explicarle algo tan abstracto a Uma. Porque en realidad es un arte que me atrae pero no domino ni de lejos.

Hasta que el otro día escuché cómo le decía a Siam: "¿Sabes lo que más me gusta de ti?...¡tú!".

Entonces pensé que quizás es ella la que me tiene que explicar a mi unas cuantas cosas...

Me baño hoy en mi humildad, y comparto con vosotros lo mucho que me alegra saber que si acepto este momento, estas personas que me rodean, esta vida, ... ¡estoy en la ruta discreta y gozosa de mi realización personal!