domingo, 31 de diciembre de 2017

Enseñanza Inspirada (VII): Hablemos de money money money

      Cuando yo era muy joven y veía la televisión había un programa que se llamaba Hablemos de sexo. El interés del programa era traer conversación directa, honesta e informada sobre cuestiones de lecho y roce que no se hablaban de manera natural, pública y abierta. Era necesario y oportuno.

Partiendo de la idea de que todos tenemos una vida sexual (está en nuestra biología, la practiquemos o no) parece saludable conocer cómo esta parte de nuestra humanidad se puede expresar y cuidar, sobre todo teniendo en cuenta que es una de las grandes formas en las que nos comunicamos en relaciones de intimidad.

       ¿Qué hay en el mundo del yoga que requiera de la misma claridad y honestidad? ¿Cuál es la razón por la cual sólo un porcentaje pequeño de los profesores vivimos legalmente de esta profesión? Necesitamos hablarlo. Es una cuestión de sostenibilidad financiera. Y, como veremos, de darle tiempo al talento para que se refine, y de hacer una buena limpieza en los filtros con los que contemplamos el mundo.

Primero, quiero aclarar que no pienso que todos los profesores deban dedicarse a tiempo completo a esta profesión. Es una profesión que se equilibra muy bien en compatibilidad con otras actividades paralelas pues se puede desarrollar de manera autoregulada.

Segundo, hablo aquí desde mi perspectiva cuántica de potenciales y posibilidades. Quizás algunos de perspectiva más materialista o racionalista tengan dificultad para resonar con los conceptos. No es necesaria esa resonancia, pero sí os invito a curiosidad puesto que estas ideas están testadas y validadas más allá de mi propia experiencia. Y, como dice el biólogo Bruce Lipton, si todos estamos mirando al mundo con nuestras gafas de creencias que lo filtran todo, podríamos al menos ¡elegir esas gafas!

      En una reciente entrevista a Ella Cojocaru (profesora de yoga y ex-atleta) insistía mucho en recordar que esta profesión es sufrida, y que quienes no lo tuvieran claro mejor no se lo plantearan. Sugería que nos preguntemos cada día qué queremos, y si estamos dispuestos a asumir las renuncias o esfuerzos que ello conlleva.

      Tradicionalmente algunas carreras, como las artísticas, han cargado con el peso de saber que sus posibilidades son muy inciertas y de dudoso éxito financiero. O, al menos, muy impredecibles. Por el deseo de seguridad o estabilidad financiera en todas las sociedades modernas han triunfado profesiones de menos incertidumbre... El profesor de yoga se mueve en el terreno de la incertidumbre, y en algunos casos en terreno precario.

Afortunadamente hoy ya hay muchos programas de formación de profesores que incluyen contenido específico para que los alumnos conozcan diferentes maneras de desarrollarse y crecer, para hacer de su intención una profesión. Por fin, en el yoga se habla del factor dinero como algo determinante a la hora de tener éxito en nuestra ilusión de compartir y gozar enseñando.

A mi me gustaría incluir una visión grande de esta cuestión, que no pretende comunicarse a través de los números pero afectará a cómo los vemos y establecemos relación con ellos.

      Primero, necesitamos tener una visión a largo plazo de cualquier proyecto o profesión ¡y ésta situación no es diferente! Quien quiera dedicarse a tiempo completo a enseñar yoga debe desarrollar cualidades de resiliencia y humildad, cosas que naturalmente emergen en nuestra práctica de asana y que, sin embargo, son virtudes débiles en nuestra sociedad de placeres y éxitos inmediatos. Hacer bien las posturas, amar el yoga o estar bien formado no son suficientes factores para tener éxito. Son muy relevantes los factores tiempo, experiencia, investigación, estudio, práctica personal... Las horas de vuelo,  sobre todo, revisando la ruta y reconociendo los errores, nos ayudan a ir dirigiéndonos hacia nuestros talentos como profesores.

Desde mi experiencia, cuando nos situamos en nuestro talento específico (sin necesidad de imitar a nadie pero humildemente, sin necesidad de ser validados pero atentos a los resultados, sin miedo a ser distintos pero sin arrogancia) naturalmente el trabajo y el flujo de dinero y fortuna aparecen (y esto se aplica a cualquier profesión).

       Estoy indicando aquí una ruta para que pueda ser trazada de manera voluntaria. Sin embargo, no sería honesto que dijera que yo la he seguido siempre. Como ya he mencionado en otros artículos, yo no tenía intención de dedicarme a esta profesión. Gracias a todos los milagros que me retuvieron en los momentos difíciles puedo ver en mi recorrido cómo el haber reconocido lo bien que me sentía al enseñar me ha ayudado a atravesar las cortinas densas de la incertidumbre y la insostenibilidad de esta profesión, especialmente en algunas etapas.

La mirada de abundancia ha de preceder a la abundancia. Esta es la revolución. Si nos sentimos en escasez raramente tomaremos decisiones de abundancia y coraje que traerán a nuestro mundo las bendiciones que caen sobre el que obedece a su corazón valiente (¡no imprudente!). La mirada de abundancia está en ver lo que ya existe. Quizás en algún trabajo no encontraremos la remuneración económica que esperamos, pero sin embargo encontraremos ganancias en forma de experiencia, relaciones de calidad o confianza, y servicio. Sentirnos explotados es una elección personal, nadie nos obliga a aceptar trabajos de baja remuneración, sentirnos víctimas es la manera más rápida de empobrecernos. El poder personal se encuentra en la responsabilidad de mejorarnos para encontrarnos en mejores condiciones en el futuro. Y,  así, sentirnos más satisfechos en el presente. Mejorarnos no se refiere sólo a aspectos formativos, sino a aspectos de actitud, motivación, dedicación, gratitud, presencia...

Si sois profesores, consideraos artistas. Contemplad cada clase que ofrecéis como una audición sin competición en la que verdaderamente exponer vuestro talento único al servicio del mundo. Observad cada esfuerzo económico para conquistar vuestro sueño como la mejor inversión posible. Contemplad cada resultado no esperado como una puerta a algo nuevo y desconocido.

En mi lista de experiencias como profesora incluyo muchas que algunos considerarían que no apuntaban en ningún caso hacia que las cosas me fueran bien: alquileres de salas superiores a los ingresos que obtenía dando clase, inversiones en viajes y cursos muy superiores a mis recursos, compromisos fiscales no siempre sostenibles...

      No nos engañemos. Esta profesión es exigente. Y esto que os cuento no siempre es fácil de aplicar. Dar muchas clases eleva el espíritu pero puede afectar al cuerpo, y, sin embargo, dar pocas clases no es muy sostenible siempre (aquí influyen las condiciones para el autoempleo según países, las responsabilidades familiares, el mercado en el que ofrecemos nuestro trabajo...). Por otro lado, mucha gente afirma que el dinero se encuentra en dar formaciones pero ¿cuándo estamos realmente preparados para formar gente? ¡Cuando tenemos experiencia y conocimiento suficiente! Y en algunos casos eso tarda mucho, y es bueno que así sea... La sabiduría se puede vestir de pelo gris y de arrugas, no pasaría nada... Lo del éxito en la juventud es una posibilidad, no una obligación... Hay muchos caminos y no sería interesante limitarnos a uno solamente.

El éxito profesional es algo que ocurre cuando hemos hecho las cosas lo suficientemente bien el suficiente tiempo y con la suficiente integridad como para recibir más responsabilidad. Porque el éxito es responsabilidad. Es más trabajo, más compromiso y más impecabilidad. Y para eso también hay que prepararse. En eso estamos y debemos estar todos: en prepararnos cada día para los retos del día siguiente.

La arrogancia nos puede traer más dinero porque tengamos capacidad de vender o seducir. Sin embargo no hablo de ese tipo de abundancia financiera sino de la que nos da la libertad de dedicarnos a lo que amamos de manera satisfactoria e íntegra, honrando la profesión que nos da de comer.

      Lo primero que cualquiera de nosotros debe preguntarse es ¿qué estoy dispuesto a dar? ¿cuánto estoy dispuesto a agradecer cada oportunidad? ¿cómo puedo dejar la queja de lado para siempre? ¿cuánta paciencia tengo para poner en este proyecto? ¿estoy dispuesto a aprender desde la base y dedicarle a cada etapa todo mi amor? ¿qué creo que es el éxito?

Me gusta mucho lo que dice Mo Gawdat (uno de los grandes directivos de Google): nuestro propósito nos encontrará si nos hemos dedicado a desarrollar nuestra habilidades y actitudes a su nivel más elevado. No hemos de perseguirlo, sólo desarrollar nuestros potenciales. Cuando seamos esa persona talentosa, habilidosa, dedicada y cualificada que podemos ser, naturalmente seremos conducidos por la vida a los lugares en los que podemos brillar o tener impacto positivo en el mundo. En este contexto, también la vida naturalmente responderá a nuestra dedicación ofreciendo el recurso financiero necesario.

Y por otro lado, es muy importante entender que la vida son ciclos. Y que tiene un grado de esfuerzo o aspereza que le es propio y es natural. Cuanto más entendamos los momentos duros como naturales, menos duros nos parecerán, y con más naturalidad los surfearemos.

También hemos de aprender a tomar decisiones responsables. Cuando una gran mayoría de los profesores eligen en España trabajar en negro es muy difícil cultivar un respeto desde dentro y desde fuera por la profesión. Es necesario buscar y rebuscar fórmulas legales y confiar en que es posible y así dar ejemplo para que otros compañeros hagan lo mismo.  Soy consciente de que en España esto es un reto, pero considerémoslo una oportunidad. Personalmente, cada vez que he asumido nuevas responsabilidades me han llovido bendiciones inesperadas y oportunidades imprevistas.

     Con estas ideas os quiero animar a que no os enfoquéis lo primero en el dinero. Éste sigue a la dedicación y la actitud, no es a la inversa. Pongamos la atención en ser profesores cualificados, competentes, expertos, amorosos y honestos. Entendamos que en ese recorrido habrá momentos difíciles que representan las cimas de nuestras habilidades, y que iremos culminando y escalando y descubriendo al ritmo que sea natural para nosotros (¡será diferente para cada uno! es la belleza de la diversidad...).  

Los momento difíciles son pequeñas pruebas, comparadas con el gran regalo de llanear observando el paisaje en algunas etapas. No nos dejemos impresionar por Instagram, Facebook u otras redes sociales. Cada profesor célebre o respetado al que he escuchado hablar cuenta esta misma historia: es bonito, pero no siempre es fácil, y la paciencia es la mejor herramienta.

      De corazón os invito a que también recordéis que esta profesión es de servicio a los demás, no a nuestro ego o complacencia. Lo importante es cuantas estrellas caben en nuestro firmamento, y no cuantos "me gusta" nos han dado desde un teclado. Aunque todo cuente, hemos de conocer el orden de los factores... Que en este caso sí altera el producto (no se aplica la ley conmutativa). 


Por último, y no menos importante, es muy positivo y necesario revisar el armario viejo y polvoriento de nuestras creencias sobre el dinero y el éxito. Algunas personas no prosperan porque no creen que sea posible, infravaloran sus cualidades o están temerosas ante la idea de exponerse y fracasar. El fracaso no existe, la vida es entrenamiento permanente, los frutos no son siempre los que esperamos, pero frutos son...

      Como final quiero dejaros estas citas en inglés (de la revista Forbes). No he encontrado material en castellano así de acorde a lo que os quiero transmitir sobre las posibles visiones del fracaso y el éxito... No es un fracaso si no las entendéis, sino una oportunidad para pedirle a un buen amigo que os las traduzca y compartir un rato... :-)

Os deseo un maravilloso inicio de año, con mirada de abundancia y prosperidad auténtica.
Sois mi inspiración y mi motivación. 

* Ilustraciones Daniela Ferreti  www.danielaferreti.com



 Algunas citas de la revista Forbes...


"Failure isn't fatal, but failure to change might be" - John Wooden

"Everything you want is on the other side of fear."  - Jack Canfield
“Only those who dare to fail greatly can ever achieve greatly.” - Robert F. Kennedy
“The phoenix must burn to emerge.” - Janet Fitch
 “If you're not prepared to be wrong, you'll never come up with anything original.” - Ken Robinson
 “Giving up is the only sure way to fail.” - Gena Showalter
 “If you don’t try at anything, you can’t fail… it takes back bone to lead the life you want” - Richard Yates
“Failure should be our teacher, not our undertaker. Failure is delay, not defeat. It is a temporary detour, not a dead end. Failure is something we can avoid only by saying nothing, doing nothing, and being nothing.” - Denis Waitley
“When you take risks you learn that there will be times when you succeed and there will be times when you fail, and both are equally important.” - Ellen DeGeneres
“It's failure that gives you the proper perspective on success.” - Ellen DeGeneres
“There is no failure except in no longer trying.” - Chris Bradford
“I have not failed. I've just found 10,000 ways that won't work.” - Thomas A. Edison
 “Success is not final, failure is not fatal: it is the courage to continue that counts.” - Winston Churchill
“There is only one thing that makes a dream impossible to achieve: the fear of failure.” - Paulo Coelho
“Pain is temporary. Quitting lasts forever.” - Lance Armstrong
“Success is stumbling from failure to failure with no loss of enthusiasm.” - Winston Churchill
“I'd rather be partly great than entirely useless.” - Neal Shusterman
“The only real mistake is the one from which we learn nothing.” - Henry Ford
“Failures are finger posts on the road to achievement.” - C.S. Lewis
“Winners are not afraid of losing. But losers are. Failure is part of the process of success. People who avoid failure also avoid success.” - Robert T. Kiyosaki
“Every adversity, every failure, every heartache carries with it the seed of an equal or greater benefit.” - Napoleon Hill
“You build on failure. You use it as a stepping stone. Close the door on the past. You don't try to forget the mistakes, but you don't dwell on it. You don't let it have any of your energy, or any of your time, or any of your space.” - Johnny Cash
“It’s not how far you fall, but how high you bounce that counts.” - Zig Ziglar
“When we give ourselves permission to fail, we, at the same time, give ourselves permission to excel.” - Eloise Ristad