miércoles, 4 de julio de 2012

Respiración, sonido y columna vertebral

      Me he compremetido conmigo misma y con vosotros a ejercicio de continuidad a través del verano. Quiere decir esto que iré colgando reflexiones, anotaciones sobre la práctica, sugerencias, e incluso encuestas....

Hoy quiero compartir una práctica muy sencilla y muy eficaz. A menudo me gusta profundizar en las prácticas más sencillas, saltando por encima de aspiraciones ambiciosas, para sumergirme en anhelos suaves de mejorar el prana y el estado de ánimo, así como la claridad mental.

     De las pocas rutinas que he conseguido mantener casi íntegra con la maternidad está la que yo llamo la "sentada matutina". Hay quien lo llama meditar, pero siendo honesta lo considero un acercamiento a la abstracción sensorial (pratyahara).

Es un momento en el cual sentada, inmóvil, acepto las avalanchas o silencios del pensamiento según surgen.
Una parte significativa del día estoy muy consciente, muy alerta, de lo que digo, pienso, transmito como madre y persona. Cuando hago mi "sentada matutina" me permito ser, pensar, actuar, sin moverme, tal y como surgen las cosas. Es un espacio en el que no dirijo, sólo contemplo. La realidad, es que surge paz, incluso si en "la sentada" he encontrado la lucha.

En esta sentada, por épocas, sin un plan fijo, a veces incluyo pranayamas, más o menos avanzados, según mi salud y las rutinas familiares.
Lo que más me gusta es poder sumergirme en unos 20 minutos de pranayama, con un plan y esquema, pero a menudo el programa lo corta la hermosa Uma así que me he ido quedando con un pranayama muuuuuuy sencillo que puede empezar y acabar en cualquier momento.



Primero unas respiraciones completas expresivas y naturales... Las que pida el body. Después...
Inhalo, lentamente, explorando la región costal, sin perder conciencia del nacimiento suave de uddyana bandha (un leve vacío en el abdomen). Nunca impongo las cuentas de la respiración a la conciencia de la misma, pero suelo contar 4 tiempos de inhalación. Retengo, 4,6 u 8 tiempos, contraigo el suelo pélvico y siento la verticalidad. Exhalo en 8 o 12 tiempos, tras haber soltado la contracción muscular del suelo pélvico. para los que conocéis mulabhanda, se puede sustituir por la contracción del suelo pélvico.

Así se puede seguir hasta el infinito. Las retenciones del aliento serenan especialmente, y cultivan fisiológicamente el equilibrio del ph (desestabilizado por nuestras rutinas de estrés). Si crees que por la mañana no tienes tiempo ni para esto... ¡es fundamental que lo hagas! Lo puedes hacer en 5 minutos... 
Siempre después descansa un par de minutos sintiendo la columna vertebral, y su proyección tierra-cielo...

En plan lujo, seguir con 5 minutos de mantra, cantado en voz alta. En este período me surge Ohm Namah Shivaya... Eso es un gusto personal del alma, que no se puede imponer. Antes de cantar, hay que escucharse... Si vais con prisa, y no os habéis duchado ¡el mantra en la ducha!

Namasté.