lunes, 15 de octubre de 2012

Todo es posible....

Es posible, desde el mismo cuerpo y la misma mente, experimentar un sentido profundo diferente en el alma, simplemente en la búsqueda de contextos nuevos.

Existen números mágicos, con significado específico para cada persona... Del general, no sé mucho.
Para mi el cinco es un número mágico y siempre que hago un viaje intento que ese número este presente.
Cinco son los días que necesito para sintonizar con nuevas geografías, climas y latitudes. Podría teorizar sobre este número, intuitivamente lo considero mi tiempo metabólico de adaptación. A partir de ese día entro en estado de paz y confianza.

Puesto que somos animales, fuera de nuestros contextos habituales deambulamos desubicados buscando nuestro platito de comida como los gatitos que tenemos ahora en casa.

Aquí en Ibiza, en nuestra casita en medio de la nada, sumamos a nuestras responsabilidades la de alimentar a unos gatitos, aún no sabemos cuántos. Algunos se mueven confortablemente por el espacio, sabiéndose propietarios del lugar (llevan sus collares socializadores). Luego están los visitantes, que se mueven cautelosos. Uno de ellos maulla de tal forma que parece un cantante africano. Así no va a pasar desapercibido. E intuimos que algo más nos ronda por las noches, porque a veces las comida desaparece en nuestro intervalo de sueño nocturno. No hemos buscado aún su sombra en la oscuridad.

El otro día les cambiamos la comidita de sitio, para que no se les mojara, y algunos quedaron desconcertados durante más tiempo que otros. Sus procesos de adaptación y cambio de hábito fueron distintos... A lo nuevo se acercaban desconfiados y temerosos. Afortunadamente el hambre les ayudó a vencer los recelos.

Somos seres que construimos nuestras personalidades sobre todo en torno al hábito. Y el hábito, hace al monje. Cambio de hábito, cambio de monje.
Dicen que cada día hay que hacer una cosa, al menos, que nos de miedo.
Eso significa ¡sal de tus moldes y de tu seguridad! Como dirían los angloparlantes ¡wake up! 

Nosotros también debemos mantener vivo nuestro apetito, para que nos guíe fuera de las zonas de seguridad, hacia lo nuevo y desconocido.
Jorge Bucay (y otros maestros como Einstein) dice: "Si todo lo que has hecho te ha traído hasta donde estás ahora, y quieres ir a un sitio diferente, es imprescindible que cambies lo que haces".
Simple, y no tan fácil siempre.

Hay un ejercicio que me encanta, lo propone Max Strom (gran maestro de yoga). Y para mi es un gran trabajo. La propuesta es que pases todo un día sin dar tu opinión, sin juzgar o valorar externa ni internamente. Significa, en definitiva, que pasas el día escuchando a los demás sin interferir con tus propias valoraciones (¡aunque sepas mucho de lo que se está hablando!).
Este es un buen cambio de hábito ¿no?


Con este ejercicio os dejo, prontito os hablaré más de Max Strom, comparte mesilla con mis horquillas y mantiene mi apetito por la vida vivo vivo.






Felices prácticas y mucho cariño desde Ibiza.
Os dejo con un atardecer desde casita...