domingo, 11 de noviembre de 2012

Los cuatro Brahma-Viharas o Estados Sublimes (1)

    Tengo bastante aceptada mi condición de persona que se repite y apasiona. Cualquier persona cercana conoce esto de mi. De lo que me gusta, hablo. Con lo que me motiva, me emociono. Con lo que para mi es relevante, insisto.
Y así discurro por la manada y por la vida. Siendo yo misma.
Cuando nadie me hace caso, sigo mi camino. Eso sí me lo ha enseñado el yoga. El desapego sincero, neutro y duradero.

Hoy por esa insistencia y emoción vuelvo a un tema que me toca y transforma especialmente: Los Brahma-Viharas. Vihara significa morada, Brahma la divinidad. Hablamos pues de las moradas sublimes o divinas del ser.


    Los cuatro brahma-viharas representan los aspectos más hermosos y esperanzadores de la naturaleza humana. Son prácticas de consciencia que protegen a la mente de caer en sus patrones habituales de reactividad, que suelen estropear nuestras mejores intenciones.

De los discursos del Buda, surge el texto básico de los Cuatro Estados Sublimes.
Estos estados de la mente nos conducen hacia emociones ilimitadas desde las cuales abrazar y extendernos sobre el mundo. Sirven como antídotos para el odio, la envidia, la crueldad y la parcialidad, tan presentes hoy en día.

Se considera a los Brahma-Viharas como prácticas de liberación mental. Así las experimento y las integro yo (en la medida de mis limitaciones) en mi vida. Según el período vital en el que me encuentre algunas me resultan más sencillas y otras verdaderamente imposibles. Con el tiempo me he dado cuenta de que esto responde al tipo de emociones que me hayan invadido recientemente.
Es así pues un recorrido de liberación de la mente y mucho refinamiento emocional.

    Para motivaros en la práctica de estos estados, la experiencia es el gran refuerzo, basta con descubrir el poder sanador que surge y viene a iluminar y aumentar la claridad mental ¿a quién no le interesa esto? Hasta la respiración se aquieta al imaginarlo... 

La tradición dice que sólo a través de la meditación se puede llegar a cultivar estos estados de manera que sean permanentes (no solamente ráfagas momentáneas de claridad e inspiración).

Estos cuatro estados son:

METTA (Amor benevolente)
KARUNA (Compasión)
MUDITA (Alegría por el bien ajeno)
UPEKKHA (Ecuanimidad)

En los últimos tiempos he hablado mucho de la ecuanimidad en las clases y talleres.
      Hoy brevemente me refiero a Mudita (alegría por el bien ajeno), que es la contracara de la envidia. Es la capacidad de verdaderamente alegrarse por los éxitos de los demás, tomando conciencia de que cuanta más gente alegre y feliz exista, más hermoso y puro será el mundo. Más sencillo vivir en él.

De nada nos sirve que a los demás les vaya mal, que tengan desgracias o se sientan desdichados. Salvo para alimentar al ego y la comparación, para reforzarse en el propio éxito. Esto surge de una conciencia limitada anclada en el yo. 
Meditando, permaneciendo en silencio, respirando amor y compasión podemos suavizar la envidia (y dejar de pensar solo en lo que nosotros queremos, impidiendo el desarrollo de los demás). La práctica de la empatía significa un gran avance en este caso, pues empezamos a ser capaces de contemplar el mundo desde otra vida, otra persona, otra historia, otras emociones. De la empatía a la alegría ya es más pequeño el salto. O el nado...
Os dejo este cortometraje para ilustrarlo....



Y mi amor sincero y neutro.