domingo, 2 de febrero de 2020

Enseñar yoga hoy (1): Desafíos y placeres de la enseñanza contemporánea de yoga


Nueva serie de artículos para apoyar e inspirar la enseñanza de yoga

Aquí y ahora estamos, como gremio, como colectivo y como agentes sociales. Las generaciones actuales de profesores de yoga representamos la evolución viva del yoga. Esa evolución puede ser una mejora, en algunos aspectos, así como puede ser una pérdida en otros aspectos. En cualquier caso, el mundo avanza y eso es imparable, quedarnos parados nosotros sólo nos dejará estáticos y desorientados. Lo más saludable es caminar y crecer con el mundo, tomando lo mejor de sus avances, y evitando lo peor de su cultura. 

Este panorama no implica que sea necesaria una homogeneización de objetivos o estrategias. Como siempre, en una disciplina, en todo momento, caben las interpretaciones más clásicas así como las más modernas. En todas las ciencias han convivido siempre los que seguían la escuela precedente y los que daban nacimiento a la siguiente. La convivencia armoniosa de lo clásico con lo moderno favorece una evolución sana. Más que contradicciones, hemos de aprender a ver interpretaciones, expresiones u objetivos diferentes.

En esta serie de artículos quiero cubrir aspectos prácticos de la enseñanza de yoga, cosas que están vinculadas a nuestra actuación como profesores de yoga en los diferentes contextos que encontramos. Me gustaría dedicarle cariño y mirada inteligente a la evolución en las formas y los fondos del contexto en el que los profesores de yoga desarrollan su tarea de enseñar, y los estudiantes su tarea de aprender. 

¿Qué es enseñar yoga hoy?

Para mi, enseñar yoga hoy es una aventura, un privilegio, un desafío, un placer, un riesgo, un compromiso y una gesto de libertad. Si en algún momento sentimos que es una carga, una frustración, una injusticia, una desmotivación, una rutina o una precariedad, estamos obligados a revisar nuestra enseñanza (tanto a nivel práctico como a nivel de concepto y objetivos).

Desde este lugar, y entendiendo las polaridades naturales de la situación, podemos empezar a abordar cuestiones prácticas sobre cómo resolver y cómo ser creativos en diferentes contextos propios de nuestra posición en la dimensión social.

Lo primero que hemos de saber es que no todos tenemos los mismos objetivos, y así debe seguir siendo. No todos queremos dedicarle el mismo tiempo a nuestro trabajo, ni todos queremos impactar al mismo tipo de públicos, ni ganar las mismas cantidades de dinero, ni saber el mismo tipo de cosas ¡ni mucho menos enseñar lo mismo! Partimos pues, de un contexto en el que asumimos la diversidad en objetivos, dedicación y expectativas. 

Éxito y felicidad

Qué significa realmente el éxito es una definición que cada uno debe hacer para sí mismo. Para mi el éxito es felicidad, y lo represento en equilibrio, salud, satisfacción, contribución, propósito, motivación, conexión y serenidad. Así como valoro y necesito el confort, también tengo una definición personal del confort.  Yo lo encuentro en vivir en la naturaleza y tener tiempo para estar con mi familia. No necesito hacer grandes viajes ni tener los vehículos más modernos, intento que  mi día a día sea lo más parecido posible  a estar ya en mi vida ideal, experimentando y fomentando las cualidades con las que defino la felicidad. 

No todos los días siento que tengo éxito en estos términos. A veces mi salud o mi equilibrio fallan, y tengo períodos difíciles como todo el mundo. Uso estas definiciones para guiarme y recordarme la dirección de mis acciones, y sé que eso me mantiene paciente en las etapas que no son fáciles. A este respecto quiero compartir esta ilustración llamada "La ilusión del iceberg" de @sylviaduckworth. Ilustra lo que no se ve y se encuentra en la base del éxito, con lo cuál estoy muy de acuerdo. Me baso en este tipo de acciones para cultivar mi éxito ¡mi felicidad!

.

Suelos comunes

Igualmente, e independientemente del tipo de éxito que cada uno necesite, debido a que nos  movemos en suelos comunes, encontraremos similitudes en algunas situaciones. Dar clases de yoga será una experiencia común para todos nosotros, y de esa experiencia compartiremos algunos de sus desafíos y oportunidades. La mayoría de estos desafíos surgen no sólo del acto pedagógico en sí, sino del encuentro humano y sus interacciones. Por eso trataré temas como: hacer suplencias, encajar las críticas y opiniones, la atención a alumnos avanzados, interpretar los fracasos, reconocer nuestras ambiciones, cuidar al alumnado, la integridad y la ética, y otros temas de esta índole. Para hoy, y para introducir la serie, sólo quiero dejar un tema más tratado. 

¿Qué necesitamos para enseñar yoga hoy?
Desde mi punto de vista las cosas se pueden llegar a simplificar a lo esencial, y luego ampliar hacia matices y aspectos más complejos. Por eso quiero resumir en cuatro puntos cuáles son las necesidades principales para enseñar yoga hoy:
  1. Conocer nuestra disciplina lo mejor posible.
  2. Conocer los valores y hábitos de la sociedad en la que nos desarrollamos.
  3. Conocernos a nosotros mismos.
  4. Estar dispuestos a navegar en lo desconocido para aprender, arriesgar, indagar, experimentar y crecer. 
Sobre estos puntos construiré los artículos y los temas que trataremos. Estaré encantada de recibir vuestras sugerencias y peticiones para mantener esta serie viva y útil. En el próximo artículo trataré el tema “Cómo liderar una clase”; su significado y algunas estrategias prácticas.

Serie de artículos sobre Enseñanza Inspirada 

Para los que no habéis leído la serie de artículos sobre Enseñanza Inspirada podéis descargarlos todos agrupados en mi primer libro digital en este link: Enseñanza Inspirada


Hasta la siguiente, mucha inspiración y éxito para todos.



Toda la información de mis eventos en inglés y castellano en www.samyamayogaibiza.com.
Inspiraciones frescas en Instagram y Facebook @samyamayogaibiza

domingo, 6 de octubre de 2019

Nuevos horizontes con el Vinyasa Funcional


     Las definiciones no son fáciles, e implican cierto riesgo. Sin embargo, hoy me apetece describir esta perspectiva y profundizar en algunos conceptos que incluyo en mi mensaje pedagógico. Creo que puede ser interesante y nutritivo en el camino de aprender, enseñar o practicar yoga.

      Algunos me habréis escuchado decir que enseño Vinyasa Funcional, o que me baso en el movimiento funcional para la enseñanza de asana (posturas). Aunque no me encanta el nombre de funcional porque creo que el yoga es mucho más que eso, me encanta lo que incluye, lo que cuenta, las puertas que abre y lo inclusivo e inteligente que es este concepto. 

¿Por qué me despierta tanta pasión? Porque resuelve muchos de los grandes desafíos de la enseñanza de asana en el mundo moderno, porque ayuda a educar con calidad y porque redefine la función del profesor de yoga ¡entre otras cosas!

¿A qué me refiero con yoga funcional? 

       ¿Alguna vez te has visto en una postura pensando que no eras capaz de hacerla? ¿o has pensado que esa colocación ideal que se sugiere en la clase a ti te hace daño o abre un combate con tu cuerpo y tu respiración? ¿Alguna vez has deseado una adaptación que parecía un delito o tener libertad para respirar y sentirte? Quizás no, y entonces tal vez todo esto te sea menos útil. Pero quien más quien menos, si ha asistido a clases de yoga o ha seguido guías externas para su práctica, se puede haber encontrado con estas situaciones en mayor o menor grado.


Adaptativo y educativo

       El yoga funcional desarrolla las posturas según la intención que tengamos. Se guía al cuerpo y la mente para acciones musculares intencionales. Esto es más fácil de entender si lo explico con una postura ¡eso espero! 

Por ejemplo, mi objetivo puede ser hacer utkatasana (la silla o sentadillas, si no conoces la postura). Tengo varias opciones para hacer la postura. Mi prioridad podría ser encontrar las líneas de la postura según el alineamiento que enseñe la escuela con la que estudio, entonces estaría buscando una postura estándar parecida a la del resto de personas. Sin embargo, en la silla pasan muchas cosas y yo podría elegir usarla para activar especialmente ciertos grupos musculares, como el abdomen y los muslos frontales. En ese caso me concentraría en encontrar esos músculos, enviarles órdenes concretas y sentir el resultado de esas órdenes. Podría explorar especialmente el empuje de los talones al suelo y desplazar el peso de las caderas hacia detrás recogiendo el ombligo. En este caso, los resultados de esas acciones quizás darán posturas diferentes en cada persona, según su movilidad y fuerza. No me importará tanto cuanto bajo, sino que esos músculos estén activos ¡y mi capacidad para sentirlos!

        Infinitas variables son posibles según los objetivos. Las posturas pueden ser diferentes según cual sea la prioridad, siempre respetando principios mecánicos y anatómicos sensatos e informados. 

Otro ejemplo. La postura de la cobra puedo hacerla de manera pasiva en el abdomen, simplemente empujando los brazos en el suelo. En el yoga funcional, el énfasis sería fortalecer abdomen y espalda alta. En ese caso, estiraré menos los brazos mientras empujo al suelo, recogeré el ombligo para que no toque la esterilla e intentaré acercar un omoplato hacia el otro, empujando las palmas y deslizándolas hacia detrás. Aparentemente, el resultado será una cobra menos amplia, pero el desarrollo de fuerza será mayor, y el riesgo de lesión menor (porque la espalda baja está protegida gracias a esa activación voluntaria del abdomen). Los detalles también ayudan a desarrollar la atención y la sensibilidad.

Aunque así escrito se sienta extraño si nos es algo habitual para ti, en realidad ésta es una forma muy orgánica de estar en el cuerpo, presente a sus fuerzas y sus relaciones.  El objetivo en la enseñanza de posturas en este contexto es que la postura funcione para el practicante, por encima de que la postura tenga un cierto ideal de forma o grandeza.  

     No se debe malinterpretar su carácter adaptativo. El yoga funcional no es un yoga suave o flojo en el que todo vale. Al contrario, la suavidad se encuentra en su mirada abierta a la diferencia y la diversidad, sin embargo exige más trabajo físico ya que no permite colgarse en las posturas sin acciones musculares que den soporte a la forma, y especialmente a las articulaciones implicadas. En definitiva, incluye conocimiento de acciones musculares más que de líneas o formas, e incluso cuestiona algunas formas clásicas de abordar las posturas (bien por ser demasiado estrictas, o bien por ser demasiado pasivas).
      Mi intención con una clase de yoga nunca es cubrir el expediente, sino educar. Lo importante no es que hagamos lo que se dice que debemos hacer, sino lo que de verdad es bueno hacer. Es la diferencia entre hacer las cosas bien, o hacer las cosas correctas (lo primero es sólo eficiencia, lo segundo incluye la ética). 

Información vs instrucción 

       El profesor de yoga que elige el yoga funcional decide ofrecer información, más que instrucción. La información educa, y fomenta la libertad, asume la inteligencia intrínseca e inherente de todo practicante de yoga ¡de toda persona que tiene cuerpo!

Podríamos pasar la vida escalando una montaña, esforzándonos, empleando fuerza y voluntad ¡para darnos cuenta de que no era la montaña que queríamos escalar! El riesgo de seguir principios de alineamiento generales es que muchas personas no quedan representadas en las generalizaciones. El yoga funcional deja de lado las generalizaciones a nivel de forma para buscar las acciones internas de soporte y movilidad. Se asume que las acciones se expresaran en formas diferentes en diferentes cuerpos, pero que todos los cuerpos se benefician de ellas. 

Algunos profesores o practicantes prefieren modelos de alineamiento que puedan aplicarse de manera general. Pero esto es imposible, sobre todo en el vasto y variado universo del movimiento y del cuerpo. Lo entiendo, la complejidad puede desbordar. Sin embargo, cuando sabemos lo que queremos y tomamos tiempo para pensarlo y definirlo ya no es tan difícil llevarlo a la acción. Y los beneficios son muchísimos, ya que enriquecemos lo que sabemos, y además ganamos el poder de conocernos y adaptar nuestro cuerpo a las posturas. Así, conseguimos que las posturas nos sirvan a nosotros, no a la foto, ni al profesor.

Prioridades del yoga funcional

       El yoga funcional da protagonismo a las funciones e intenciones de las posturas por encima de la estética. Sí incluye el alineamiento, sólo que ofrece una reinterpretación del alineamiento a favor de la descripción de acciones musculares implicadas en las posturas. Es prioritario dar espacio a la variabilidad humana y la diversidad. Por eso no nos dirá exactamente la relación de la rodilla con el tobillo en un Guerrero 2, pero si nos dirá las acciones en los pies, por ejemplo. Esto permitirá que la postura ofrezca el estrés necesario a los tejidos, sin dejar desprotegidas a las articulaciones. Se busca dar soporte más que ser sostenido. Esta propuesta promueve la fuerza más que el rango de movimiento (sin por ello dejar de honrar la movilidad), y educa al practicante en el uso de su cuerpo y el desarrollo de la propiocepción (relación con el espacio exterior) tanto como la interocepción (relación con el espacio interior y las sensaciones).

Como norma general, propone que cuando una articulación esté soportando peso limitemos su rango de movimiento y activemos los músculos que la protegen. Otra de sus cualidades es la búsqueda de rangos de movimiento activos más que pasivos, la búsqueda de estiramiento en cooperación con activación muscular.

Un profesor de yoga funcional no viene a corregir posturas, sino a invitar acciones y posibilidades corporales. Corregir significa que hay algo incorrecto, y no hay nada incorrecto en cómo un cuerpo se ha organizado en una postura, pero sí puede haber ineficiencia (en forma de riesgo o beneficios limitados). El profesor ofrece las posibles mejoras en función de cómo percibe al alumno, no de la postura aislada del cuerpo. Como decía Hipócrates “Es más importante conocer al paciente que tiene la enfermedad que la enfermedad que tiene el paciente”. 

No todos somos iguales, pero debemos practicar en igualdad

        Nuestra biología y nuestra biografía definen nuestra habilidad y capacidad en términos de movimiento. Nuestra labor, refinada y de sabiduría, es discernir entre lo que podemos hacer, lo que podremos hacer con tiempo y lo que no podremos hacer nunca, y trabajar con esas tres variables con discernimiento y madurez.

       Para mi el yoga funcional es una evolución natural para un profesor que desea enseñar con más coherencia, integridad y sostenibilidad. Es una manera de enseñar integradora que favorece la autoregulación y el autoconocimiento. Además, atiende a algunas áreas importantes de la práctica como la fuerza y la educación somática. Por otro lado ¡el yoga sigue siendo bello aunque el objetivo primario no sea estético! La respiración, la elegancia, la presencia y la superación de obstáculos siguen siendo parte de la esencia de la práctica, eso es intrínseco al yoga. Estamos sumando a los milenios de sabiduría original las grandezas de la indagación contemporánea en el área del movimiento, y atendiendo a los desafíos de las sociedades modernas.

La belleza especial que yo encuentro en esta manera de enseñar y practicar es que nos libera del deseo de una imagen ideal; nos envía en primera clase a las profundidades de nuestro cuerpo y nuestra inteligencia en busca de soluciones creativas y experiencias íntimas de coherencia, integridad y serenidad. Con esto expulsamos la competición de la esterilla a cambio de cooperación y observación. Con nosotros mismos y con los demás.

       Buda dijo que debemos poner a prueba la verdad de sus enseñanzas. Nos invitó a comprobar si alguna de ellas coincide o no con nuestra propia experiencia. Para mi el yoga funcional ofrece lo mismo, más allá de los dogmas y de las ideas ajenas, nos invita a explorar, probar, validar, aprender. Por eso yo hablo de yoga mindful y funcional ¡porque hacen un hermoso matrimonio y son lo mismo!

* * *



Todas mis clases, talleres y contenido online de los últimos años se basa en estos principios. Si queréis aprender o conocer más de este tema hablaré en más detalle de ello en la Formación en Mindful Vinyasa para profesores que impartiré en Octubre/Noviembre en Barcelona y en Febrero/Marzo en Ibiza.



Para dudas o consultas podéis contactarme en diana@samyamayogaibiza.com


Web oficial (en inglés)
Blog castellano: 
Canal Youtube: 
Instagram & Facebook: 
@samyamayogaibiza


* Ilustración Nick Ogonosky


sábado, 28 de septiembre de 2019

La primera edición de la formación de Mindful Vinyasa en Barcelona ¡empieza en Octubre!

FORMACIÓN MINDFUL VINYASA
INSPIRACIÓN, ÉTICA Y ALINEAMIENTO (30h) 

     Estoy muy feliz de escribir este post y compartir la cercanía de este evento tan importante en mi corazón. 

Dentro de un mes exactamente se inicia el primer módulo de la especialización en Mindful Vinyasa que he desarrollado para profesores.

Tras muchos años de enseñanza y relaciones con alumnos y profesores, y con la visión que eso me ha otorgado,  creo que el contenido de esta formación complementa y enriquece el panorama educativo para profesores de yoga en España.

La formación pone énfasis en cuestiones de desarollo personal y profesional a través de las dimensiones de la ética y la inspiración. Además, aproximadamente la mitad de sus horas están destinadas a la comprensión de los principios fundamentales del alineamiento funcional y la creación de secuencias.

Los contenidos se abren como un abanico de conceptos e información que permiten el debate y la interpretación madura de cada profesor. Al desplegarse ofrecen mapas, modelos y estrategias que apoyen en el camino de crecimiento y desarrollo profesional.

Los temas de la formación sintetizan dimensiones fundamentales de las amplias áreas que un profesor idealmente debería desarrollar. 
LA INSPIRACIÓN
     Decimos que están inspiradas las personas en quienes la sabiduría, la creatividad y la claridad parecen fluir de forma espontánea. La pedagogía inspirada propone enseñar desde ese lugar en el que el conocimiento se fusiona con la experiencia y es impulsado por una comunicación clara y relevante.

Una pedagogía de calidad se basa en el flujo de ideas, pasión y presencia que surge entre alumno y profesor. En este contexto se genera una territorio fértil que permite el aprendizaje en la diversidad y especificidad de cada alumno.

Definiremos las capacidades mentales que constituyen la pedagogía inspirada y nos pueden dar apoyo en los ciclos de la vida y de nuestra profesión.

Trataremos:
- Creatividad, claridad mental, conexión e intuición
- Relaciones, inteligencia emocional y comunicación
- Educar la mente: fortalezas internas y espirales ascendentes

 

LA ÉTICA
       En el contexto del yoga la mayoría de las indagaciones éticas emanan del yoga clásico. En este caso tomaremos la ética con una visión contemporánea en la cual los sistemas de valores representan no sólo un mapa para nuestra vida personal sino que conforman en sí mismos estrategias y desarrollo de nuestro proyecto profesional. Integraremos sistemas sencillos y ricos que tiendan un puente entre nuestros ideales y nuestras necesidades.

Trataremos:
- Responsabilidad y desarrollo personal: motivación, eficiencia y visión
- Principios espirituales y leyes naturales aplicados a la enseñanza
- Marketing y relaciones profesionales: definición y estrategias

 
EL ALINEAMIENTO
      Como profesores alineamos nuestro contenido, nuestras secuencias y las posturas. Cómo ayudar a cada alumno a encontrar posibilidades óptimas en su cuerpo puede agruparse en una serie de principios educativos y asequibles que se basan en la naturaleza biográfica y biológica de nuestra anatomía.

Desde rangos de movimiento a acciones musculares y respiración veremos para las distintas familias posturales pricipios básicos aplicables a la diversidad humana.

Trataremos:
- Variabilidad humana y diversidad
- Principios esenciales del alineamiento funcional: categorías posturales y respiración
- Secuencias y claves formales del Mindful Vinyasa


*  Todos los temas constan de teoría y aplicación práctica de los contenidos.
** La formación incluye un manual con los contenidos.
*** Esta formación computa como educación continua certificada por Yoga Alliance para profesores de yoga.

 

FECHAS PRIMERA EDICIÓN FORMACIÓN MINDFUL VINYASA
BARCELONA 2019
26 y 27 de Octubre (Módulo 1)
  30 Noviembre y 1 Diciembre (Módulo 2)

en Yoga & Yoga Barcelona
Reservas: info@yoga-yogabcn.com

Horarios:
de 9:00 a 13:30h y de 14:30 a 17:30h

Precio: 390€ 
* 30 horas de contacto directo en dos fines de semana
** 40 horas con entrega de proyecto final voluntario


Creo que lo pasaremos muy bien, en un contexto de aprendizaje, exploración y refinamiento.

No dudéis en hacerme llegar vuestras consultas y sugerencias a diana@samyamayogaibiza.com.


Como siempre, más detalles en Facebook e Instagram @samyamayogaibiza 
o la web oficial www.samyamayogaibiza.com

domingo, 7 de julio de 2019

Enseñanza Inspirada (XI): Cuando no sabemos algo


        A veces recuerdo con sabor dulce esos tiempos en los que empezaba a enseñar. Mi inocencia y osadía me permitieron avanzar con pocos miedos en una primera época en la que en realidad estaba muy poco preparada para dar clases de yoga, tal y como concibo hoy la enseñanza. Curiosamente, doce años después, más formada y con varios miles de horas más de experiencia, me surgen muchos más miedos respecto a la envergadura de los desafíos que asumo. ¡Supongo que no se puede tener todo!

Con el tiempo, y viendo a los profesores con menos experiencia, he llegado a comprender que esa etapa es imprescindible. No es bueno saltársela, ni desear salir de ella antes de tiempo. Un profesor principiante debe sentir respeto por la profesión pero no dejarse inundar por el miedo y la inseguridad en sus primeras etapas. Es normal tener dudas y miedos ¡es lo más sano!

Las limitaciones como motores

     Poco a poco vamos viendo nuestras limitaciones, es inevitable, pero para eso es necesario estar activos y enseñando todo lo que podamos. Esas limitaciones van dando el pistoletazo de salida a nuestra curiosidad y a nuestro deseo de aprender sobre desafíos concretos que vamos encontrando.

      No seamos ingenuos, una formación básica de profesor de yoga no nos aporta más que una base sobre la que empezar a construir. Si esa formación es buena, serán buenos cimientos. Pero todas las formaciones adolecen de algo. No por malicia o ineptitud de los formadores ni porque que se quieran ignorar ciertos aspectos, sino porque en 200 horas (o incluso 500) siempre hay algo que tiene que quedar relegado o subestimado.

Un buen profesor de yoga ha de saber de filosofía, anatomía, fisiología, psicología, lenguaje, comunicación, pedagogía, lesiones, movimiento, tradición, etc... ¡Difícil cubrir todo eso en tan pocas horas! Quizás por eso las formaciones básicas deberían ser un poco más largas, sería bueno para el futuro profesor y para los alumnos que se encontrasen con los recién graduados. Ahí dejo el debate.

En este panorama, y desde el momento en el que damos nuestra primera clase, empieza la escalada de nuestro Everest de ignorancia. No quiero hablar de la ignorancia como algo negativo. Creo que la ignorancia revelada y atendida es un motor de crecimiento y desarrollo humano. Cierto también que la ignorancia ignorada es una catástrofe ¡y una arrogancia! 

Nos equivocaremos muchas veces por el camino, afirmando o proponiendo cosas incorrectas o insostenibles. Sin embargo, ayuda mucho el darnos derecho a ello y comprometernos a mejorarnos a la siguiente oportunidad. Esta compasión no debe ser auto-complacencia. Sí tiene importancia cometer un error, por eso pondremos todos nuestros sentidos, sensibilidad y cautela al servicio de nuestra enseñanza. Esto reducirá los errores y su gravedad.

El primer error que podemos cometer es ignorar lo que no sabemos. La primera ignorancia es ignorar nuestra ignorancia. 

¿Qué hacer cuando descubrimos que tenemos un vacío de conocimiento en un área que se considera relevante para un profesor de yoga? 

      Mi primera propuesta sería que intentemos no enseñar eso que no sabemos. Por ejemplo, yo no soy una experta en filosofía hindú. Tengo muchos más conocimientos de psicología, fisiología, neurociencia y mindfulness. Podría pensar que la superficialidad de mi conocimiento sobre mitologías es desinterés. Sin embargo, no lo es. Aprecio mucho lo que leo y escucho al respecto, y lo sigo buscando, pero mi orientación personal, mis capacidades académicas y mi sensibilidad no me llevan de manera tan intensa al estudio de ese área. Por eso apenas uso deidades para mis metáforas y temáticas de enseñanza. Aun así, como conozco la relevancia de los mitos para la psique humana, aprecio que otros profesores los usen y poder recibirlos como alumna. 

Deduzco que las áreas en las que menos nos desarrollamos quizás son las que menos nos atraen. Aceptada esta situación, no debemos ignorar que hay algo de responsabilidad en esta profesión que trasciende a los gustos personales. Por ejemplo, como profesores de asana, podemos vivir sin mitos, pero quizás no sin saber algunas cosas básicas de movimiento y cuerpo. 

En los primeros cinco años de mi enseñanza, según avanzaba profesionalmente, me iba sintiendo cada vez más incómoda con la superficialidad de mi conocimiento sobre anatomía y movimiento. Recibí una formación inicial en hatha yoga tradicional, de la cual extraje el lujo de ser formada por swamis (monjes) y ver como el compromiso con el yoga y la vida espiritual transformaba mi experiencia de energía vital e inspiración de manera radical. En mi formación conocí el prana de manera directa e individual, no como teoría sino como realidad. Nunca más he vivido algo así. Salí sintiéndome muy poco preparada para enseñar pero con una gran fe en el yoga. 

En esa época no me preocupó la situación porque no tenía intención de dedicarme a enseñar y la formación cumplió con mi objetivo de sanarme, conocerme, aprender y vivir el yoga. Sin embargo, al poco tiempo estaba enseñando, y con el tiempo ese vacío ser reveló relevante. Empecé la búsqueda, sin encontrar rápidamente mi pasión. En este caso, tardé muchos años en sentar bases suficientes para recibir el refinamiento de mi profesor Jason Crandell, quien me ayudó a ver el movimiento y el asana de una manera que me capacita a la vez que me hace disfrutar cuando enseño.

Viviendo con la ignorancia

     Yo creo que sólo con el tiempo se pueden compensar las carencias, porque son muchas las que vamos descubriendo y cada una requiere de un tiempo de atención. No es recomendable correr, debemos plantarnos firmemente en cada paso que damos dejando huellas duraderas. Aunque vayamos más despacio de lo que nos gustaría. 

Cuánto más tiempo dedicamos a enseñar más oportunidades nos surgen y más desafíos encontramos. Así que vamos a dar por sentado que encontraremos cosas sobre las que no sabemos ¡a diario! y voy a proponer algunas ideas:

1. Cuando descubrimos de manera íntima que nos falta algún conocimiento para atender bien a nuestros alumnos. 

Esto puede darse cuando encontramos a alguien que tiene una lesión de la cual no sabemos o un alumno con un bloqueo de comprensión al que no conseguimos llegar.

En el caso de las lesiones es relativamente sencillo de resolver porque a través de libros o profesionales de la salud podemos aprender mucho.

En el segundo caso es más difícil. Yo he tenido varios alumnos en clases privadas que tenían problemas para sentir y dirigir su respiración (de hecho esto es bastante común incluso en practicantes relativamente avanzados). A veces son problemas mecánicos y otras veces son problemas psicológicos, pero incluso un problema de ph corporal puede favorecer la hiperventilación. 

A veces las situaciones son demasiado complejas y nuestra labor ha de quedarse allí donde alcanzamos. 

En resumen:

- Si el acceso al conocimiento que nos falta es sencillo debemos comprometernos a investigar, estudiar y mejorar

- Si las variables son complejas y nos faltan datos así como herramientas de diagnóstico podríamos practicar a usar las herramientas del yoga más apropiadas que conocemos y aceptar las posibles limitaciones de nuestra disciplina. En este caso igualmente podemos investigar pero quizás preguntar a compañeros que se hayan encontrado con el mismo problema podría ser de gran ayuda. Nuestra labor no es actuar como sanadores sino como educadores. 

- En algunos casos hay que reorientar al alumnos hacia otro profesional, disciplina o compañero. Yo misma he tenido lesiones en las rodillas y el yoga no me ha resuelto mis necesidades. Es muy importante saber que el yoga no lo soluciona todo.  Al menos no "nuestro" yoga. En algunos cosas no podemos resolver o mejorar un problema. Sin embargo, podemos seguir confiando en nuestra enseñanza, incluso cuando no somos capaces de ayudar a alguien.

2. Cuando alguien nos pregunta directamente y no tenemos la respuesta.

      Absolutamente y siempre ¡debemos decir que no sabemos! No le hacemos ningún favor a nadie jugando a ser médicos, visionarios o curanderos. Además, va a nuestro favor que los alumnos se den cuenta de que tenemos limitaciones y la mayoría sólo somos profesores de yoga y no profesionales de la salud ¡si hasta los médicos con sus herramientas de precisión a veces tienen que decir que no saben! 

Debemos darnos derecho y obligación para declarar nuestro desconocimiento. Todo esfuerzo por ocultarlo surge del miedo y la identidad, queremos enseñar con nuestra valentía y nuestro corazón.

3. Cuando nos ofrecen un trabajo para el que no estamos preparados.

      Eso va a pasar todo el rato. La mayoría de las veces que nos ofrecen algo nuevo no estamos preparados del todo. Sabiendo esto, es bueno considerarlo una oportunidad y prepararse lo mejor posible. 

Aún así, hay límites. No creo que debamos orientarnos a enseñar yoga a una población específica sin haber estudiado en profundidad sobre su patología o circunstancias. ¿Pero qué significa eso? No siempre lo cumplimos. Durante dos años ofrecí yoga de manera gratuita a enfermos mentales. No tenía ninguna formación específica pero mi padre tenía la misma enfermedad que los alumnos (por eso me ofrecí a una asociación) y pasé la supervisión de los psicólogos. Aprendí sobre la marcha y fui prudente, creo que hice mucho bien pero sin ninguna duda no soy psicóloga y no tenía todos los conocimientos necesarios. Sabía lo suficiente de yoga para enseñarles a respirar y ayudarles a movilizar su cuerpo. 

Creo que este tipo de situaciones es muy frecuente. ¿Cuál es el límite entonces? No lo sé, creo que es una experiencia interior entre honestidad, respeto e integridad la que debe guiarnos en estos casos. Personalmente creo que estoy siempre en la frontera, y esto me ha obligado a aprender mucho y rápido. Hasta ahora me ha traído más bendiciones que desgracias. No estoy animando a nadie a ser imprudente, pero si sabéis que tenéis capacidad y agilidad para el estudio y observación quizás podéis jugar con estas fronteras sin poner en riesgo vuestra ética.

4. En general y para todos estos casos.

      Mi propuesta es que no dejemos de practicar, de estudiar y de formarnos. Idealmente en este orden. La humildad es valor indiscutible en un panorama social competitivo y "titulista". La dedicación es sacrificio inevitable si queremos ser mejores versiones de nosotros mismos cada día. Nuestros alumnos se inspiran de ambas cosas, de nuestra humildad y de nuestra dedicación. 


Mantras y mitos

    Para terminar, os dejo esta idea de un conferenciante que contaba que tenía un mantra interior que le había enseñado un mentor suyo. Cada vez que iba a enseñar o hablar ante una audiencia se decía internamente: “Quizás estoy equivocado”. 

Pienso que este mantra da espacio para compartir lo que sabemos, sin olvidar que puede cambiar y que pocas cosas son absolutas. Este mantra puede ayudarnos a aceptar la incertidumbre y la inseguridad como parte del camino del aprendizaje. 

Para personas muy inseguras pienso que habría que elegir otro mantra, por ejemplo “Quizás piense de otra manera en el futuro”. Sólo hay que mirar al pasado para saber que así será.

Así pues, quizás me he equivocado con las ideas que os he dado, y quizás piense de otra manera en el futuro. Pero, en base a mi experiencia y los conocimientos que ahora tengo, confío en que os será de utilidad. Al menos a la mayoría... 

Os ánimo a seguir creciendo, confiando y dudando. La vida es una experiencia perfecta de polaridad y contrastes. Llena de emociones, dragones y princesas.





* Ilustración Katy Lemay

martes, 11 de junio de 2019

Nuevas clases online

       Mi canal de Youtube ya no es un bebé... Tiene casi cuatro años. Lo sé porque nació muy poco después de mi segunda maternidad. De hecho, fue inspirado por esta segunda experiencia de cuidar y amar sin condiciones. Necesitaba expandirme, compartirme, desarrollarme, expresarme.

Aunque no los voy colgando uno a uno aquí, hoy quería dejar la clase que cargué ayer, y ya os dejo a vosotros explorar el resto del canal en búsqueda de clases que os sirvan específicamente a vuestras necesidades.

Se agradecen, como siempre, sugerencias, comentarios y visiones.

Esta clase es excepcionalmente suave, destinada a liberar tensiones y cargas temporales o crónicas por medio de movimientos repetitivos suaves y bien respirados.



lunes, 3 de junio de 2019

Inevitable ¡aprender o desaparecer!

             Nuestro cerebro tiene a sus espaldas un proceso de evolución de 2,5 millones de años. Este tipo de cifras, como las de la era de los dinosaurios o las distancias a las estrellas, siempre me marean un poco. Sin ninguna duda, el paso del tiempo va modelando las herramientas ¡y una de las más importantes la llevamos dentro de la cabeza!

      Estamos programados para sobrevivir, por eso tendemos a buscar la seguridad y lo conocido, pero ésta es sólo una parte del programa. También estamos programados para expresar las capacidades que este cerebro tanto tiempo ha estado desarrollando:creatividad, comunicación, conexión, lenguaje, pensamiento abstracto,... Nuestro cerebro ha evolucionado, entre otras cosas, para adaptarse a la mayor complejidad de nuestras sociedades. Y, en el proceso, hemos salido ganando en muchos sentidos  ¡y no sólo una cabeza más pesada!

Mantener nuestro cerebro lo más sano y activo posible es una responsabilidad y un placer. Personalmente sigo algunas prácticas diarias, hoy quiero hablaros de cinco de ellas:

1. Hacer cosas incómodas o que me dan pereza y son importantes (para reducir el control de la parte primitiva del cerebro, reducir el miedo y la ansiedad).

2. Ofrecerme a mí misma desafíos de aprendizaje intelectual, emocional o físico (favorecer lo más sofisticado de mi neurología).

3. Practicar meditación (¡limpia y ordena todo mientras yo me estoy quieta con los ojos cerrados!).

4. Desarrollar relaciones de calidad con las personas que me rodean (activar las zonas del cerebro que se ocupan del amor, la compasión, la empatía, ...).

5. Leer cosas que me inspiran y me ayudan a comprender el mundo de fuera y el de dentro (¡incluso si a veces me siento aún más perdida e ignorante!).

       Me gusta enseñar yoga porque me mantiene activa a nivel neurológico. Simplemente mover el brazo o la pierna ya es una actividad cerebral. El cerebro tiene que decirle al cuerpo qué quiero mover y cuánto y hacia dónde. Considero el movimiento una de las formas más eficientes para mantenerse joven. Por supuesto que favorecemos a todo nuestro cuerpo, pero lo que a menudo se pasa por alto es que reconocer la derecha y la izquierda, coordinar movimientos y mantener el equilibrio son destrezas neurológicas.


      Para los próximos meses destino mi cerebro a la consolidación de las materias que impartiré en el primer módulo formativo de Mindful Vinyasa en Barcelona e Ibiza. En él incorporo diferentes áreas del aprendizaje y de la enseñanza con propósito de fomentar y alimentar nuestra neuroplasticidad. Este es el proyecto que más atesoro y mimo en estos momentos.

Todos los detalles sobre este módulo están en este artículo y más abajo en la agenda: Formación Mindful Vinyasa: Inspiración ética y alineamiento en Barcelona e Ibiza 


       El resto de mi actividad podéis encontrarla en la agenda. Para los proyectos privados a nivel de formación o retiros podéis consultarme directamente, no aparecen en la agenda.

Si pasáis por Ibiza no dudéis en reservar plaza para un Yoga & Brunch en Amante Beach Club, imparto clases de Mindful Vinyasa frente al mar los Lunes, Martes, Jueves y Viernes hasta mediados de Octubre.

¿Qué más? Me encanta saber de vosotros. Agradezco mucho recibir vuestros mensajes con ideas, sentimientos, dudas y consultas. Aprendo cada día gracias a ellos, gracias a todos.

miércoles, 15 de mayo de 2019

Formación Mindful Vinyasa en Barcelona & Ibiza: reflexiones, objetivos y temario


        No sé si me he adelantado, espero que no mucho. Hace unos cuantos años una querida alumna de Madrid me preguntó sobre cuándo daría una formación. Honestamente, no me sentía preparada. Sin embargo, sí me sentía capaz de estar preparada en un tiempo futuro. 

Ofrecer educación es una gran responsabilidad y, aunque parezca la opción más lucrativa para un profesor con experiencia, a mi me parece que la implicación a nivel ético y de integridad es muy alta y no debe tomarse a la ligera. La relación entre el tiempo invertido y los resultados es mucho más exigente que en ningún otro contexto. La exposición que hacemos de nosotros mismos es mucho más arriesgada. En contraste, el nivel de aportación que hacemos es tan alto que merece mucho la energía invertida. 

     Supongo que hay muchas maneras de hacer esto. Para mi lo importante no es sólo lo que sabemos sino la capacidad que tenemos para organizar nuestras ideas y conocimientos de manera sistemática para que cobren sentido en el mundo de otra persona. También me parece necesario exponer al paso del tiempo nuestras teorías, para ver si son validadas por nuestra propia experiencia e, idealmente, también por personas que saben más que nosotros. 

Personalmente le dedico mucho tiempo a preparar los contenidos, por eso me lo pienso mucho antes de lanzar algo. Aunque me guío mucho con la intuición me gusta la excelencia; las cosas bien preparadas y organizadas me hacen sentir segura. Sólo improviso cuando he preparado mucho algo, es el contraste en el que me siento cómoda. 

En su momento le dije a mi querida alumna que me diera diez años, y creo que han pasado siete. Así que lo siento si me he adelantado, pero me siento lista para compartir sistemas, método y conocimientos con propósito de aportar herramientas.

       Hace más de 11 años que enseño yoga pero no por eso siento haber alcanzado una maestría total. Sin embargo, he llegado a comprender muchas cosas que al principio me resultaban inconexas. Además de comprender, he podido crear y consolidar una manera de transmitir que me resulta especialmente eficiente y que honra tanto el yoga como al alumno que lo recibe. Creo que la enseñanza no debe empapar al que la toma sino mojarle y permitirle regular los poros por los que entra el conocimiento. No comparto ideologías sino ideas, no comparto dogmas sino modelos, no comparto certezas absolutas sino experiencia y visión. Desde ese lugar me siento valiente y completa para empezar esta extroversión de mis métodos de enseñanza.

En estos años he hecho mis propias investigaciones respecto a cómo incorporar en la enseñanza de yoga una escuela de vida. Conseguir que cada cosa que aprendemos sea una metáfora y nos eduque más allá de la esterilla para ser más íntegros, honestos, estables e incluso divertidos ha sido mi objetivo fundamental, consciente o inconscientemente.

       Me declaro formalmente profesora de asana e informalmente me descubro como educadora integral. Me gusta hablar de ciencia, de salud, de pensamiento, de filosofía, de psicología, de meditación, de creatividad, de relaciones… No se me ocurre nada que no merezca ser atendido entre todas las capas que componen una experiencia humana. Sería como dividir a una persona en trozos y mirar sólo su mano pensando que lo vemos todo; sería un error y una pérdida. También quiero honrarme sin fragmentarme.  Por eso, para no dividirme, traigo conmigo mis años universitarios de Sociología y mi década de trabajo en el diseño de moda. No puedo separar el pasado de lo que ofrezco en el presente. Creo que mi coherencia se nutre de estos contrastes y dimensiones.

En mi opinión, en ese afán de integrar, no podemos hablar de anatomía sin hablar de naturaleza, no podemos hablar de movimiento sin hablar de salud y no podemos hablar de presencia sin hablar de la mente. Para mi el yoga son mil conversaciones abiertas que nunca se cierran y están vivas para toda la eternidad.

      En términos de conversación quiero presentar un módulo formativo de treinta horas para profundizar (en la medida de lo posible) en áreas que considero fundamentales de la enseñanza de Mindful Vinyasa. Así es como he conseguido definir mi manera de enseñar Vinyasa. 

No soy la única que defiende un tempo lento y atento dentro del contexto del Vinyasa, a muchos de nosotros nos hace sentir especialmente bien podernos mover con ritmo pero sin ir acelerados. El dominio de una respiración lenta es para mi una victoria fisiológica. Por eso confío tanto en esta manera de practicar el asana en un contexto fluido y dinámico que atiende tanto a las areas de transición como a los puntos de salida y llegada. 

Hace años que ofrezco y elaboro contenido para mis propios talleres y para otras personas que me contratan para desarrollo de proyectos. Gracias a esto he podido generar en torno y junto a mi una comunidad de estudiantes y profesores a la que admiro. Esta formación va dirigida a esa comunidad de profesores. Profesores con criterio y genuinos, que tienen personalidad propia y son practicantes comprometidos y curiosos. Para mi es un lujo pensar que compartiré este viaje formativo e indagatorio de la mano de este grupo de profesores de los que aprendo tanto.

La formación se llama “Mindful Vinyasa: Inspiración, ética y alineamiento” y me gustaría que fuera de 200 horas pero empezaremos con 30 horas porque en realidad será suficiente para trazar un mapa sobre el que cada uno pueda trabajar en soledad esas ciento setenta horas restantes. En el futuro me comprometo a más horas de contenido y contacto directo. Necesito algún tiempo más de investigación.

Os cuento aquí de qué consta y trata este módulo y el temario específico.


MINDFUL VINYASA: INSPIRACIÓN, ÉTICA Y ALINEAMIENTO (30h)

Definición y objetivos

      Mindful Vinyasa es una forma de enseñar y practicar yoga que aúna las bases teóricas y prácticas del Mindfulness con el Vinyasa. Ofrece una práctica dinámica de ritmo lento con base de precisión y alineamiento funcional cuyo objetivo es favorecer el movimiento atento y la integración de la sabiduría perenne del yoga.

Los principios que regulan la transmisión de la práctica son los principios de Enseñanza Inspirada, en la cual el valor del lenguaje, la comunicación y las cualidades de pensamiento y emoción son tan importantes como el conocimiento del cuerpo, el asana y el diseño de secuencia.

Las secuencias pretenden transmitir al alumno conocimiento sobre su propio cuerpo así como valores fundamentales e ideas que inviten a la indagación y la reflexión. 

      En definitiva, desde la perspectiva del Mindful Vinyasa, la práctica de asana ofrece al alumno y al profesor una experiencia integral y óptima para trabajar de manera equilibrada los aspectos físicos, energéticos, mentales, intelectuales y espirituales del yoga.

Los principios que se esbozan en esta formación pretenden aportar al profesor paisajes de exploración y fuentes de inspiración más que patrones formales rígidos. Como decía Vivekananda, el objetivo de la educación no es la aportación de información sino el desarrollo de destrezas y habilidades para seleccionar la información más oportuna en cada momento.

La formación cubre los temas más importantes del Mindful Vinyasa

La inspiración: establecer principios y modelos para mantener actualizada nuestra pedagogía a través de habilidades y fortalezas específicas 

La ética: como modelo regulador de la vida interior y nuestra actuación en el mundo exterior

El alineamiento: comprensión del alineamiento como un concepto amplio que requiere de una visión global del cuerpo y los contenidos de enseñanza


Temario

PEDAGOGIA INSPIRADA 

Elementos clave: Creatividad, claridad mental, conexión e intuición
Relaciones, inteligencia emocional y comunicación
Dominar la mente: fortalezas internas y espirales ascendentes


ÉTICA

Responsabilidad y desarrollo personal: motivación, eficiencia y visión
Principios espirituales y leyes naturales aplicados a la enseñanza
Marketing y relaciones profesionales: definición y estrategias


ALINEAMIENTO

Variabilidad humana y diversidad
Principios esenciales del alineamiento funcional: categorías posturales y respiración
Secuencias y claves formales del Mindful Vinyasa


Detalles prácticos

- Esta formación incluye teoría y práctica.

- Es necesaria la presentación de un proyecto final individual.

- Certificada por Yoga Alliance como educación continua. 

- El curso está dirigido a profesores de yoga. Para personas que no enseñan es posible incorporarse si se sienten cómodas en un contexto especializado.

- El curso incluye entrega de manual.


Fechas confirmadas

Barcelona 2019 
Módulo I: 26-27 Octubre
Módulo II:  30 Nov-1 Dic 
En Yoga & Yoga Barcelona * (inscripción en la escuela directamente)
* Los que cursen la formación en Barcelona pueden añadir estas horas a la formación de 300 horas que ofrece la escuela

Ibiza 2020 
Módulo I: 22-23 Febrero 
Módulo II: 21-22 Marzo 
En Open Space Santa Gertrudis 


Reservas & información: diana@samyamayogaibiza.com

Precio: 390€